El Secreto Ibérico forma junto con la presa y la pluma uno de los “tres ases” del cerdo ibérico. Esta pieza se sitúa encima de la paletilla. Queda adherida a la panceta en el momento del despiece.
También es conocida como cruceta de ibérico y su nombre técnico es “Músculos: Latisimus dorsi”. De cada cerdo ibérico suelen extraerse dos piezas de secreto.
Su grasa infiltrada le aporta ese veteado blanco tan característico, que lo convierte en un bocado lleno de jugosidad para el comensal.
En cuanto al origen de la palabra secreto, unos indican que era consumida por los carniceros, ya que no conseguían venderla. Otra versión es que la guardaban adrede para su consumo particular. La teoría más común es que la “escondían” aquellos que realizaban la matanza para quedarse con este manjar y no dárselo a los dueños de los cochinos.
Lo que si tenemos claro es que se trata de una pieza que permanece en “secreto”, ya que es un corte que queda oculto, sólo puede verse si se corta el músculo en horizontal.
En cocina, son muchas las opciones a la hora de prepararlo: Secreto Ibérico asado, a la plancha o a la parrilla.
Los cortes de carne ibérica solo son 100% de bellota entre los meses de Enero y Marzo. El resto del año servimos carne ibérica de la mejor calidad, alimentada con los mejores cebos naturales. Siempre de cerdos criados en la zona de Jabugo de forma sostenible. A diferencia de la carne, el jamón ibérico 100% bellota si está disponible todo el año, junto a la paleta, caña de lomo y presa embuchada.
El sabor del cerdo ibérico proviene precisamente del pasto libre y de su alimentación natural, que a diferencia del cerdo blanco, le permiten acumular una gran cantidad de grasa intramuscular y por tanto presentar carnes muy sabrosas y aromáticas.